La pandemia del coronavirus nos ha enseñado cómo funciona nuestra sociedad, al comprobarse que el nivel de contagio es mayor en las mujeres que en los hombres. Está descartado que sea un problema biológico determinado por el sexo, porque el virus parece contagiar igual a hombres y a mujeres. Por tanto el mayor contagio debe guardar relación con la división de las tareas en la familia, o con el hecho de que el trabajo asalariado de cuidar a las personas tiene sobre todo nombre de mujer.
Según un informe de Oxfam Intermon, las mujeres realizamos más de tres cuartas partes del trabajo de los cuidados que no se cobran, y las dos terceras partes de los trabajos relacionados con cuidados remunerados, enfermeras, cuidadoras o limpiadoras, con unos sueldos que suelen estar entre los peor pagados de estos sectores. No solo eso, durante la pandemia ha crecido la precariedad laboral y la feminización de la pobreza.
En muchas ocasiones las mujeres deben hacerse cargo del cuidado de la familia, y por eso sus trabajos son a tiempo parcial. Les perjudica el presente porque cobran menos, pero también el futuro, ya que cuando llegue su jubilación la pensión será más baja porque habrán cotizado menos en su vida laboral.
Para avanzar hacia la igualdad entre hombre y mujeres es preciso analizar la crisis sanitaria en clave de género e incorporar políticas de apoyo y protección a las mujeres, como las que recoge el Plan de Reactivación Local de Viladecans. Es un hecho que los cuidados siguen estando feminizados.
Encarna García Jiménez, portaveu del grup municipal de Viladecans en Comú.
Publicat a la Revista Viladecans, núm. 280, d’abril de 2021.